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El mundo continúa la lucha por volver a la normalidad. Para ello, los esfuerzos no solo se centran en encontrar la vacuna que ayude a recuperar nuestro estilo de vida, sino que la comunidad científica y tecnológica exploran otras alternativas que ayuden a que nuestro día a día sea lo más seguro posible.
Con el cierre de las aulas en España el pasado el 11 de Marzo, muchos colegios se decidieron a echar mano de la tecnología de una manera mucho más contundente para poder continuar la labor docente. Pues, sí es cierto que en las aulas ya se daba uso a ciertas tecnologías para apoyo educativo con tabletas y pantallas interactivas, ahora estas herramientas han pasado a ser la principal vía de estudio para la mayor parte de los estudiantes independientemente del curso.
Los ordenadores personales se han convertido en las pizarras digitales, de los alumnos de todo el país. Y a pesar de la controversia que ha tenido esta“invasión tecnológica” en la vida de los estudiantes, la tecnología ha conseguido salvar el curso 2019/2020 y ha posibilitado la vuelta al cole 2020/2021 . Más allá de tablets u ordenadores, la tecnología en la educación ha desembarcado con nuevos formatos destinados a combatir el Covid-19. Una de las técnicas más innovadoras en esta batalla contra el virus es el uso de las tecnologías ultravioleta.
En paralelo a la búsqueda de una vacuna contra el coronavirus, la comunidad científica analiza otras maneras de conseguir que poco a poco el mundo recobre la normalidad de hace unos meses. Una de estas investigaciones se centra en cómo el uso de ciertos tipos de luz con una longitud de onda determinada, muy específica y distinta a la de las lámparas de ultravioleta comunes , podría ayudar a eliminar los virus de ciertas superficies y, de este modo, reducir la propagación del Covid-19. Dichos estudios están destinados a poder usar estos avances tecnológicos en lugares públicos y cerrados, usando los rayos UV para desinfectar el aire a medida que circula por estos lugares.
Desde la Universidad de Columbia han informado del desarrollo de una técnica que elimina el virus del aire gracias a la luz ultravioleta de corta longitud dado que, a medida que disminuye la longitud de onda de los rayos UV, disminuye la capacidad de los fotones para penetrar en la piel minimizando así el daño del ADN a las células de la piel.
La tecnología desarrollada por el Centro de Investigación Radiológica de dicha Universidad utiliza lámparas muy específicas que emiten dosis continuas y bajas de una longitud de onda particular de luz ultravioleta lejana, conocida como UV-C lejana, que puede eliminar virus y bacterias sin dañar la piel humana, los ojos y otros tejidos, eliminando así como es el problema que podría darse con la luz ultravioleta convencional. Pese a que los resultados obtenidos hasta ahora son esperanzadores, el trabajo y los ensayos todavía tienen camino por recorrer, ya que por el momento, esta luz ha demostrado ser eficaz frente a algunos tipos de coronavirus como los causantes de la tos y el resfriado común, pero no contra la Covid-19.
Proyectos piloto en Zaragoza
Pese a ello, los proyectos continúan y son muchas las empresas del sector lumínico las que se han decidido a desarrollar dispositivos con estas especificaciones para contribuir en frenar la pandemia. Un ejemplo lo encontramos precisamente en España, más concretamente en las aulas de un colegio de Zaragoza. Allí se ha decidido poner en marcha un proyecto piloto con tecnología ultravioleta C (UV-C), gracias a la colaboración de con la empresa Signify (antigua Philips) y el epidemiólogo y profesor titular de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza, Nacho de Blas.
El Colegio Marianistas de Zaragoza va a incorporar dentro de su plan de contingencia contra el Coronavirus un proyecto pionero de tecnología de rayos ultravioleta para purificar el aire de las aulas, y desinfectar el comedor y las tabletas que usan los alumnos. La iniciativa quiere determinar la efectividad de esta técnica en la disminución o no de enfermedades de transmisión respiratoria en los niños.
Dicha tecnología se ha instaurado en tres tipos de dispositivos diferentes que se detallan a continuación:
Estos 3 dispositivos siempre aluden a la seguridad y están implantados de manera que no afecten en ningún aspecto de forma perjudicial a ninguna de las personas que están expuestas a estas medidas. Además, este sistema tiene una ventaja añadida, pues no solo es aplicable al coronavirus que ha provocado la pandemia mundial actual , sino que podría servir para otros patógenos y entornos, de condiciones similares a las de un centro escolar, como pueden ser restaurantes, cines, teatros, etc.
Una vez más, el I+D+i se pone al servicio de las personas, ayudando en este caso a frenar la pandemia con una novedosa tecnología que no busca otra cosa más que hacer de nuevo de las escuelas un lugar seguro en donde lo más importante vuelva a ser crecer, aprender y formarse para el día de mañana con las máximas garantías de salud. Otro ejemplo más de que el día a día con la tecnología puede ser mejor y más seguro.
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