Revolucionar la salud: cómo la innovación impulsa a la industria farma y biosanitaria

En los últimos años, hemos sido testigos de avances revolucionarios en los campos de la medicina, los fármacos y la atención sanitaria. De hecho, casi podríamos hablar del surgimiento de un nuevo paradigma. La globalización ha impulsado el acceso a tratamientos y terapias de vanguardia a una escala sin precedentes, confirmando el papel determinante que estas industrias tienen sobre la salud y el bienestar de la población. 

Efectivamente, ahora es posible salvar más vidas. Sin embargo, este progreso ha venido acompañado de desafíos considerables. 2024, 2025, 2026… traen consigo una serie de retos comunes que deben ser abordados con estrategias innovadoras que aprovechen las nuevas tecnologías. A continuación, lo desgranamos. 

🔷 La innovación en la industria de la salud

Apostando por la innovación, las empresas farma y de la industria biosanitaria pueden convertirse en agentes de transformación social, pero, además, solo tomando este camino podrán mantener su propia competitividad. Si observamos la realidad, vemos que, transcurridos tres años desde el inicio de la pandemia, la industria sigue apostando por la I+D+i, pero parece existir cierta ralentización. Así lo indica el ranking de las empresas más innovadoras de BCG. Mientras que en 2021 nueve compañías farmacéuticas aparecían entre los primeros 50 lugares, en 2023, su número se ha reducido a seis: Moderna, Pfizer, Johnson & Johnson, Roche, BioNTech y Merck.

Aunque tres de esas empresas sean europeas, en concreto dos alemanas y una suiza, las compañías de la región necesitan mejorar, ya que, actualmente, el 48% de los nuevos tratamientos son estadounidenses y solo el 22% tiene su origen en Europa. Además, se prevé que China cierre 2023 con una inversión en este sentido de entre 140 y 170 mil millones de dólares.

España, por su parte, ha realizado un esfuerzo importante. En 2022 los laboratorios farmacéuticos nacionales invirtieron más de 750 millones de euros en investigación clínica sobre medicamentos innovadores y el Ministerio de Sanidad ha confirmado que, desde 2020, ha autorizado más de 1.000 ensayos clínicos cada año, el 82% promovidos por compañías farmacéuticas. Dicho esto, la industria no puede acomodarse, para consolidar su posición debe seguir avanzando en esta dirección.

🔷 ¿El objetivo? Abordar los grandes retos que afronta el sector de la salud

Como decíamos al inicio, en los próximos años, los sectores Farmacéutico, Químico y Biosanitario se enfrentan a grandes desafíos y solo reforzando su músculo innovador podrán abordarlos. El primero de ellos, la investigación de enfermedades emergentes. La aparición de nuevas patologías y de cepas resistentes a los medicamentos representa una amenaza para la salud pública y se hace necesario poder identificarlas y comprenderlas lo más rápido posible. 

Otro reto importante es el desarrollo de fármacos. Crear nuevos medicamentos requiere un proceso costoso y prolongado en el que desafíos como la seguridad, la eficacia y la aprobación reguladora siguen siendo prioritarios. También la sostenibilidad y la responsabilidad ambiental. En este sentido, los sectores químico y farmacéutico enfrentan una presión creciente para reducir su huella sobre el planeta. 

Finalmente, una de las principales tendencias en el ámbito de la atención médica es la personalización. Esta debe adaptarse al máximo a las necesidades individuales de cada paciente, con la inversión en tecnologías y conocimientos especializados que esto supone. 

🔷 El apoyo institucional a la innovación en sanidad

En este escenario, el apoyo de las administraciones, europeas y nacionales, resulta clave. Como el Proyecto OSA, que busca asegurar la autonomía de la UE en materia de salud. O el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, que contempla inversiones en el ámbito farmacéutico a través del Plan Estratégico de la Industria Farmacéutica y que incluye instrumentos como el PERTE Salud de Vanguardia, cuya dotación ha sido ampliada a 2.400 millones de euros. 

En España, además, existen incentivos que son esenciales para fomentar la innovación y el desarrollo. Como el sistema de deducciones fiscales por I+D+i, por el que las empresas que invierten en actividades de I+D+i pueden deducir hasta un 59% del impuesto de sociedades o hasta un 40% en las aportaciones a las cuotas de la Seguridad Social por contingencias comunes de los trabajadores que dedican del 85% al 100% de su jornada a este tipo de actividades.

Sin olvidar la sólida red de centros de investigación y desarrollo en el ámbito farmacéutico y químico que hay en nuestro país. La colaboración, las alianzas estratégicas, entre empresas, instituciones académicas y centros de investigación, son motores de la innovación, ya que permiten compartir conocimientos y recursos para generar nuevas ideas. 

En conclusión, más allá de la COVID-19, el impulso que han experimentado la investigación y el desarrollo en los sectores Farmacéutico, Químico y Biosanitario ha derivado en nuevos medicamentos y terapias, en una mejora de la atención médica y, en definitiva, de la calidad de vida de millones de personas en todo el mundo. 

Y este solo es el inicio del camino. A pesar de los retos que enfrentan estas industrias, la convergencia de tecnologías avanzadas abre grandes oportunidades. Poder predecir enfermedades, mejorar los procesos para obtener fármacos innovadores y desarrollar terapias más efectivas está más cerca que nunca y los incentivos fiscales están ahí para lograrlo. 

En Leyton queremos ayudar a las empresas farmacéuticas y biosanitarias españolas a hacer más por mejorar la calidad de vida de las personas y sumar a la comunidad internacional de forma positiva. Por eso, ponemos a su disposición todo nuestro expertise en financiación a la innovación para ayudarles a obtener un retorno económico de su inversión. Si quieres saber más sobre nuestros servicios y casos de éxito, no dudes en contactarnos.